jueves, 26 de febrero de 2015

Un trato.

Después de todo ¿Qué es la compañía? 
Una circunstancia, un consenso, una situación efímera, una fotografía, 
una canción, una despedida, un encuentro, una búsqueda,
 una prueba de constancia o algo más.

Se intensifican por lo general los sentimientos cuando existe soledad o superación, y eso es vital para cualquier tipo de artista que necesite inspiración, Y la misma viene de la mano de recuerdos, de fotografías de instantes que sólo quedarán en tu memoria. Y es así como se supone que uno sigue aprendiendo de la vida, dejando y continuando en este constante vaivén de cambios y circunstancias unas flexibles y otras no, que te enseñan que hay ciertas cualidades que nunca cambiarán en las personas, porque son sencillamente el espejo de características propias.

Cada persona por lo general tiene una característica natural que las diferencia de las demás. Y esa característica creo haberla conseguido por fin, núcleo de mi inspiración, de mi percepción como músico, como artista, como humano. La tristeza, pero con ciertos matices, melancolía, nostalgia, su forma varía y cambia, ayuda a entender todo. Pero está ahí, siempre ha estado ahí. Tratar de comprenderla me ha llevado a cosas que he preferido obviar hasta de mi propia mente, es mejor dejarla fluir suscitarse, en un momento se irá o quizá no. No importa ya, luego de haber vivido lo que por fin he pasado, lo que debía pasar, sin más ni menos, con sus altibajos, con sus injusticias, con aquello incomprensible, con lo sencillo y complejo, con esas personas que nunca entenderás, con esas situaciones inolvidables, con esas personas que conllevan un montón de alegría, con esas personas que resultan ser personalidades, con aquellos ambientes que te marcan la vida, con aquellos hábitos que se vuelven costumbres, pero lo más importante, entendiendo que todo eso puede o no estar y nada malo pasará

La vida sigue, los sueños continúan, tu esencia perdura, lo que contribuyes o no en tu circulo, en tu familia, en tu trabajo, en tu ambiente de estudio y de trabajo, depende de ti, de nadie más. Y entender que el momento de cambiar las cosas de las cuales no estás orgulloso es ahora, es madurar. 

lunes, 17 de noviembre de 2014

Palabras de las pequeñas cosas.

La vida está hecha de las pequeñas cosas, de aquellas que en ocasiones consideramos imperceptibles pero que a la larga, son nuestra estadía en este lienzo que cada uno pinta a su modo y a su estilo, a su entrega y con sus colores. El corazón sana a su tiempo, a su medida, a su manera, hay que sencillamente dejarlo sanar.

 Pues bien las palabras son una fuente que permiten ilusionarse, pero las palabras purifican o ensucian en alma cuando son expresadas por nuestra boca: por lo mismo evito decir groserías. Lo poco que sé de la vida es que es a ensayo y error, es cómo la música años de estudio para minutos de interpretación, por lo mismo no vale la pena desperdiciarla en el futuro, ni en el pasado, si no disfrutarla en cada gota, en cada partícula, en cada instante del presente.

Y así comienzo para en realidad no sólo agradecer sino disfrutar cada conversación, cada aprendizaje de todas las personas con las que me he topado en el camino, en los atajos, en los desvíos, en las calles ciegas, esas personas que dejan gran parte de sí mismas en nosotros y así.

Es así como uno encuentra personas que emiten y recrean un lugar calmado y tranquilo, una serenidad infinita. Esa clase de consideración y justicia que uno no consigue todos los días en las personas. Esa mirada capaz de hacer sonrojar al más serio de los hombres, esos detalles capaces de revolverte la esencia y decirte: "¡Ey, cuidado! Estás olvidando de donde vienes". Esas personas que demuestran que la madurez no está en un número en la cédula y que no sé es demasiado joven para saber de la esencia de las personas.

Así de maravillado estoy en este instante de la vida, de las personas, de la gente que conozco y he decidido conocer (porque vaya que es una elección decidir a quién conocer que siempre te va a perseguir).

Ese mismo tipo de persona que le deseas lo mejor de todo corazón, aún sabiendo que tu no eres lo mejor y que por eso mismo te apartas y pones lo más importante "que sea feliz" así mismo, de esa clase de personas es que me he rodeado personas que te hacen sentir a salvo, que provoca hacerlas felices día tras día, sin queja sin problema sin grises, a todo color, con mucho fraseo.

Por eso mismo estas palabras, ya que son un inmenso agradecimiento a cada una de esas personas que me valoraron por lo que soy sin sobreestimarme y que aún sabiendo cómo es la peor versión de mi mismo aún están aquí apoyándome, caminando junto a mi en este largo trayecto al que llamamos vida.

Pasado bendito.

Que si la luna tenía el borde azul o lo tenía blanco.
Que si el cielo realmente no es azul, o que la luna sencillamente es el reflejo de la luz del Sol.

Eran las excusas perfectas, los motivos necesarios para comenzar todo representado  por algo místico que superara las expectativas, que cambiara las razones, que cambiara los principios.
Y de todo aquello nació algo trascendental, algo mejor que las historias que tienen fin con un desenlace espantoso, nació algo que no acaba y se mantiene en el recuerdo de las mejores experiencias de mi vida.

A lo largo del tiempo llegan y se van personas que te dejan algo invaluable: experiencias, conversaciones  infinitas, risas ilimitadas y una afinidad inmensa que día tras día me hacía sentir en casa.

Pero vaya que hogar, un lugar luminoso, casi volviendo a los momentos de un primer amor, puro, genuino, inocente, con sus destellos de la tentación de lo desconocido, algo así como esperar en su puerta nervioso para que no saliera ningún familiar, o tratando de ser lo más gentil con su mejor amiga (para ganar puntos). Bueno sea como sea ella está entre las experiencias más invaluables y hasta la luna de esta noche no tengo razones para quejarme de ella ni de nada de lo que ocurrió, al contrario agradezco a Dios y al destino de ofrecerme tal experiencia, el superarlo, fue lo realmente difícil. Pues bajar del cielo no es fácil y ella es lo más cercano al cielo, luego de tanto tiempo de pasar en problemas, en ese vacío y oscuro lugar que no me permitía avanzar, sentirme mejor conmigo mismo.
 Pero ahora, que estoy en tierra veo todo mejor.
No merecía el cielo después de todo, aún me falta mucho por crecer y mejorar, mantener una relación resulta difícil y complicado, aún mas en esta transición de "crecer" y conocer el mundo, todo esto que cambia cada instante con y sin nosotros. Pues sí, aquí estoy cambiando en ocasiones al mismo tiempo que mi alrededor, en otras ocasiones no, pero he aprendido a conocer a levar las cosas a mi ritmo, de una manera sana, disfrutar mi tiempo, mi época (aunque no me sienta de esta época y por más cliché que suene) realmente creo que la puedo sobrellevar y aún este lienzo que llamamos vida lo puedo delinear y borrar algunos trazos pasados de estilo o fuera de lugar, aún hay muchos trazos por hacer y toda la disposición de esta vida y el mundo para hacerlo.

miércoles, 19 de marzo de 2014

Tanta vida...

¿Y qué piensa la vida, que uno no se cansa?

Si una pregunta seca y contundente para mi destino, para quien ayuda a que las piezas avancen en mi vida. Me siento agotado, agobiado de haber llevado la misma vida todo este tiempo: alguien respetuoso, amable, gentil, alguien que siempre quiso encontrar un amor bonito, de esos que no creen en finales. Ah, pero cuidado no crean por eso que me convertí en alguien que no soy: porque no. Por nadie lo haría, por nadie lo he logrado por más que he querido, sencillamente la vida enseña que nuestra comprensión y creencia de la vida no basta en ningún sentido para afrontar y lograr superar las circunstancias en la que te acorrala la vida.

Porque sí, solía ser ese quien no creía que el amor se acaba, que los sentimientos cuando se quieren se pueden conducir, conseguir soluciones, pero la vida necesitaba darme una lección: el amor si se acaba y eso realmente no lo menosprecia, no le quita valor ni realidad, el amor es, aunque sea por un instante, aunque sea por un momento, el amor es vida, el amor es un segundo, el amor es magia.

Es aquello que en el tiempo se nos perdió, que se me perdió con quien me quiso hasta morir, que se le perdió a quien quise hasta morir. El amor es y será fugaz en esta vida, va y viene porque se forma en el compendio de las pequeñas cosas, de las grandes decisiones y de las mas importantes formas de asumir la vida en pareja.

Por lo mismo no tengo ya miedo de vivir mi vida correctamente, a lo malo, equivocándome...

Siempre había tenido el gran deseo, ahora que me doy cuenta, de ser yo quien salve a esa persona especial, enseñarle que hay un camino diferente a todos esos errores que no conllevan a nada y te encierran en lo peor de ti mismo.

Pero ya no vale, me cansé de querer ser el que salve a esa persona, ser ese ejemplo de mi pareja, esa persona que el círculo de amigos considere intachable, me cansé de ser el buen Jhon, el de siempre. Por que quizá faltaba que yo pasará por toda esta vida, para encontrarme con ese alguien que me salve de lo peor de mi mismo, de lo que nunca fui y ahora quiero ser. Tanta vida para al fin sentirme yo, en otro ambiente, en otro lugar.

Apuesto que esa persona está del otro lado, quizá escribiendo, quizá pintando (admiro tanto a los artistas), esperando encontrarnos, esperando que sea nuestra hora, nuestro momento, nuestro instante para hacer las cosas bien juntos, para errar juntos, para experimentar juntos, para ser y dejar de ser...

Así empiezo a retratar a ese alguien que realmente quiero, pues no se trata de estereotipos ni de un físico determinado, si no de esa magia, esa conexión que me haga sentir como en casa, que me haga sentir que entre sus dedos está mi hogar.

domingo, 9 de marzo de 2014

Nadie dijo que iba a ser fácil.

Si, exactamente ese es el título de esa entrada porque en este preciso instante escucho The Scientist de Coldplay, una y otra vez identificándome con ese acorde del inicio de mi situación, un tiempo en Re menor séptima.

Un día normal, un tanto nublado, la misma gente, el mismo medio de transporte pero ya nada es igual...
 ¿Qué me pasó?
Sencillo, ya no soy la misma persona alegre y bochinchera, bullera, un tanto chabacano que solía ser, porque resulta que veo todo común normal, sin color; siempre me ha gustado la idea de creer que la vida mientras transcurre tiene un soundtrack, por lo mismo siempre suelo tener todo tipo de audífonos, una canción alegre y mi trayecto se hace mas corto.

Pero ninguna canción ha podido lograr esa paz, ese recorte del camino. Algo en mi cambio, quizá el cansancio de día tras día esforzarme un poco más en todo, dejando hasta la sombra en quererte, como siempre quise que me quisieran. Dando todo, sin dejar nada.

Ahora en este punto, dejando ser libres a mis sentimientos en blanco y negro me pregunto: ¿Acaso mi error fue querer más? ¿Pretender que no hubiese final?

Y ahora las respuestas están mas claras en mi mente:

No fue un error quererla más. Pues nadie quiere de "a poquito" si quiere realmente. La quise cuanto pude, eso no es un error, es la mejor experiencia de mi vida. Pretender que no hubiese final era simplemente una parte de bonita del enamoramiento, de quererla en serio y aunque aún no comprenda el final, siento que es lo mejor siempre y cuando ella se sienta bien. Si te soy sincero yo aún la quiero, veo el teléfono cada instante a ver si me va a contestar, pienso en si acaso el día de mañana se cruzaran nuestros caminos. Pero también comprendo que eso no será eterno, que la quiero y la extraño, pero los sentimientos también se cansan cuando no consiguen sostén. No lo niego mis sentimientos siguen ahí, presentes, casi como un filtro mirando a todo el mundo común y pensando en ella.

Pero a esta hora de un 9 de Marzo, entiendo que no debo estar triste, que todo lo que podía querer lo hice cuando pude, entregué cuerpo y alma por esa mujer. ¿Acaso eso no es querer? Claro que si, arriesgar hasta la sombra por ese alguien, aunque no sepas si continúe, si logre ser aquello que uno quiere, una relación bonita, estable, en donde ambos se sientan bien.

Lo admito voy en el metro veo las parejas, me produce algo así como ternura, el saber que son felices, están juntos, se quieren ambos. Y sencillamente pienso, algún día me tocará a mi, y será mutuo. No hay que desesperar, simplemente esperar que las cosas fluyan como dice mi hermano, que sea el tiempo quien curé y decida que es lo que va a pasar con nuestra canción, si simplemente es una pausa, o fue el último acorde de la misma.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Soledad Relativa

Y de pronto pasó, un frío bastante incomodo que invadió mi espacio vital y transformó las cosas que veía en el instante acompañado de algo necesario para mi...
...El silencio que aturdía mis sentimientos y que evocaba una pequeña nostalgia de lo que no es y podría ser, finales futuros o posibles finales, pues todo tiene su final; madurar es entenderlo.


Lo que importa es a lo que conlleva eso, un montón de recuerdos, de personas diciendo qué es conveniente o qué no, creyendo que saben vivir bien cuando su vida es el mero resultado de "prueba y error"; hecho que ocasiona una gran pregunta: ¿Quién es El o La persona para decirme que es correcto y que no? Por mas experiencias que posea una persona nunca sabrá que pasará con exactitud, el error es necesario también, es casi una necesidad.


Y rodeado de todos esos escombros de edificios ya construidos me encontré en la necesidad de desahogarme, de retirarme lejos de tanto ruido y yo generar mi propio camino.

Tengo tantas opciones que resulta difícil tomar una decisión acertada, cada una tendrá obviamente sus ventajas y desventajas pero ¿Cómo hacer el uso correcto de una decisión? Una pregunta que contiene un sin fin de "Guías para éxito y libros de auto-ayuda" en la sombra de este hecho necesario, pero que no son mas que telarañas de algo incomprensible  e inentendido por lo impredecible que puede ser. Sólo hay una conclusión, bastante obvia en el dibujo de mis letras, no hay respuesta correcta o incorrecta, no hay decisión buena o mala, hay beneficios y sacrificios, mas nada. Decidir debe ser la mejor elección de muchas variantes, que nunca se sabe si te acercará a tus metas o te alejará de ellas.


Sólo nos queda decidir, errar y vivir...


                   ...De eso se trata improvisar en esta vida.

sábado, 27 de julio de 2013

Fiel Delirio.

Esta semana una amiga me preguntó una sencilla y clara pregunta sin escape alguno: "¿A quién le escribes?" y ocasionó en mi un mar de preguntas internas que aún intento responder.

Pero antes de responder debo primero aclarar que las letras no siempre se manifiestan de la misma manera, esto incluye la fuente de inspiración y su propósito. Y quizá en ello me excuse todos estos días, tiempo largo, sin escribir. Pero eso dejó sin libertad a una parte de mi, que tiene anhelos y delirios de cuentos y personas, en aquel lugar dónde los sueños nacen por doquier. Y sin duda alguna no hay peor pobreza que no soñar.

Aunque en ningún instante dejé de soñar en este tiempo y en eso me regocijo, hice de mis sueños realidades y acciones día tras día para cumplir cada una de mis metas, un estudiante es estudiante todo el día y todos los días, así mismo es el profesional. Y olvidé escribir, darle inmortalidad a sentimientos que valen la pena.

De esta manera emprendí este camino que deseo, anhelo y agradezco día a día a Dios por permitírmelo. Este camino no es para nada fácil, no suspendo la idea de que exista camino alguno que sea fácil pero al principio del camino, hay muy poca guía, aquí al justo inicio de nuestro destino nuestro principal soporte debe ser la constancia, una palabra que casi se deshace en el ahora, que nadie la asume con la grandeza que necesita. Olvidando que la constancia debe ser pilar fundamental a lo largo de nuestras decisiones. Y por lo tanto estoy aquí encontrando esa parte de mi que encuentra refugio en las letras, decidiendo mi norte escribiendo de nuevo y definiendo "mi musa".

En el intentar responder para lograr aclarar conseguí una respuesta un tanto incierta.
Yo no le escribo a alguien en especifico, pretender hacerlo es mutilar la inspiración porque la musa no viene siempre igual y caí en cuenta que escribo casi siempre a quien quiero, a quien construyo, a quien imagino conmigo en el ahora, considerando la eternidad y lo efímero del ahora, estableciendo de esta manera a una musa que no se apega a nadie, si no va mas allá de caras bonitas y piernas largas.

Ahora así se dibuja la silueta de la mujer que hace enloquecer mis letras y me obliga a verterlas en este medio para nunca perderlas, para dejar huella de quien soy y a quien quiero en el constante cambio, el cambio como corriente sublime que transforma poco a poco, segundo a segundo.

He aquí mi propósito escribirte y definirte a ti musa de mis palabras, con diferentes formas y maneras de irse, pero siempre con maneras perfectas de venir, así tan ideal, fiel delirio.