La vida está hecha de las pequeñas cosas, de aquellas que en ocasiones consideramos imperceptibles pero que a la larga, son nuestra estadía en este lienzo que cada uno pinta a su modo y a su estilo, a su entrega y con sus colores. El corazón sana a su tiempo, a su medida, a su manera, hay que sencillamente dejarlo sanar.
Pues bien las palabras son una fuente que permiten ilusionarse, pero las palabras purifican o ensucian en alma cuando son expresadas por nuestra boca: por lo mismo evito decir groserías. Lo poco que sé de la vida es que es a ensayo y error, es cómo la música años de estudio para minutos de interpretación, por lo mismo no vale la pena desperdiciarla en el futuro, ni en el pasado, si no disfrutarla en cada gota, en cada partícula, en cada instante del presente.
Y así comienzo para en realidad no sólo agradecer sino disfrutar cada conversación, cada aprendizaje de todas las personas con las que me he topado en el camino, en los atajos, en los desvíos, en las calles ciegas, esas personas que dejan gran parte de sí mismas en nosotros y así.
Es así como uno encuentra personas que emiten y recrean un lugar calmado y tranquilo, una serenidad infinita. Esa clase de consideración y justicia que uno no consigue todos los días en las personas. Esa mirada capaz de hacer sonrojar al más serio de los hombres, esos detalles capaces de revolverte la esencia y decirte: "¡Ey, cuidado! Estás olvidando de donde vienes". Esas personas que demuestran que la madurez no está en un número en la cédula y que no sé es demasiado joven para saber de la esencia de las personas.
Así de maravillado estoy en este instante de la vida, de las personas, de la gente que conozco y he decidido conocer (porque vaya que es una elección decidir a quién conocer que siempre te va a perseguir).
Ese mismo tipo de persona que le deseas lo mejor de todo corazón, aún sabiendo que tu no eres lo mejor y que por eso mismo te apartas y pones lo más importante "que sea feliz" así mismo, de esa clase de personas es que me he rodeado personas que te hacen sentir a salvo, que provoca hacerlas felices día tras día, sin queja sin problema sin grises, a todo color, con mucho fraseo.
Por eso mismo estas palabras, ya que son un inmenso agradecimiento a cada una de esas personas que me valoraron por lo que soy sin sobreestimarme y que aún sabiendo cómo es la peor versión de mi mismo aún están aquí apoyándome, caminando junto a mi en este largo trayecto al que llamamos vida.
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