jueves, 5 de enero de 2012

La voz del silencio.

Hay ciertos momentos donde el silencio es tan puro, tan sagrado que claramente se escucha la voz de tu propia alma, de tu mente y de tu conciencia hablando contigo mismo en un monologo sin fin de anécdotas, errores, alegrías y recuerdos.

Es precisamente este momento cuando siento que la voz de este silencio describe realmente como me siento, como las lagrimas de mi sentimientos se acumulan en mis ojos, derramándose por aquellas palabras que no dije y que moriría por decirlas, por aquellos sentimientos que jamás expresé y que eran verdaderos y por los corazones que quebrante y deje atrás.

Me siento cual chico chapado a la antigua, aquel que piensa en los amores de antaño como si en verdad los conociese, ese soy, el que piensa que una noche con un cielo despejado y una guitarra son razones mas que suficientes para escribir melodías, canciones, poesía mundana con inspiración celestial, de esos que piensan que si le entrega el corazón a una mujer ella debe también hacerlo, es que a mi también me ha afectado mucho mi situación: un soñador aferrado nada mas a los estudios sin trabajar en un país donde un sueldo no alcanza para nada. Son tantas cosas que un monologo no me alcanzaría pero no quiero que lean y piensen: "este tipo si es dramático" no, al final son problemas personales que lo hacen mas fuerte a uno o eso es lo que me enseñó mamá con las acciones. Me siento tan mal con mis errores, esa clase de errores que te dan pesadillas y te hacen sentir terriblemente en la noche, en el silencio melancólico de medianoche pero seguiré aquí luchando por mejorar algunas personas creen que la vida se trata de perfeccionar como seres y así lo pienso, mejorar debe ser nuestra primer meta en esta vida antes de morir sea cuando sea, no hay peor manera de morir que darse por vencido en vida.

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