Todos poseen inspiración en todos los niveles, en el nivel celestial: Dios, en el nivel universal: la naturaleza y en el nivel mundano y a la vez místico: Ella.
Es la misma que tiene el poder de elevarme al cielo con palabras, como otro idioma que los demás no entienden y que yo soy el privilegiado. Quizá ya llegue al punto donde el enamorado delira y dice puras tonterías elevadas con la mas noble ilusión, quizá esto es lo que me muero por decirle pero no puedo por pena, resignación o miedo a que no valore el nivel artístico en que me fascina, quizá es que en este momento otros sentimientos no me dejan decirle con las mas bonitas palabras que ella hace mi existencia en esta lucha eterna por la búsqueda de los sueños mas fácil. Estoy cansado de andar de flor en flor y haber hecho tanto daño a gente que no valoré, eso para mi es mi gran peso, mi cadena con una palabra gigante: MADURA y que aún me pesa como nunca recordándome el gran valor del presente y me hace pensar bien mis acciones y realizarlas con decisión, sea lo que sea que pase, ella sigue aquí.
Acompañada de la mas grande impotencia, no conozco las notas ni los acordes que puedan expresar lo que siento ahorita, sólo caigo en juego de palabras sin fin, en altibajos de sentimientos con su firma y me asegura cada instante que ella es quien me afecta.
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